«The Idol» 1×01: la soledad detrás de la fama

«The Idol» 1×01: la soledad detrás de la fama

Desde que vi el primer capítulo de «The Idol», hay algo que me da vueltas en la cabeza, y nada tiene que ver con las escenas explícitas o esa estética minuciosa que nos hace sentir, por momentos, incomodidad o pudor. Les cuento.

Todo comienza con Jocelyn (Lily-Rose Depp) en un plano cerrado frente a la cámara, la mirada pesada y el maquillaje cargado. Después, una sonrisa fingida mientras el lente la enfoca y, un poco más adelante, diversas poses de llanto, inocencia o sensualidad que rompen la cuarta pared y que nos muestran, desde el inicio, que somos su público, que estamos ahí por ella.

Lily-Rose Depp como Jocelyn en "The Idol" - Imagen: HBO Max

Pero no es hasta que se abre la cámara y quedan visibles las personas en el set, que la miran como un accesorio más del lugar, cuando se piensa en la dualidad de la soledad.

En este caso específico, el de Jocelyn, podríamos pensar que la fama es una de las grandes causantes de su estado de alejamiento y mutismo. Muchos la definen como la soledad del poder, aquella en la que se tiene el «mundo a los pies» pero que se ve desde una montaña.

En varios planos, tenemos esa imagen constante en la que la vemos caminar por los pasillos llenos de gente, rodeada de extraños que la miran de lejos pero sin perderla de vista, aquellos que «manejan su vida» mientras ella se comporta como una espectadora de sí misma.

¿Es la soledad la esencia de su fama, la elige cuando necesita respirar o es la estructura social la que impulsa a esos vacíos estructurales?

La deshumanización del ícono en «The Idol»

Jocelyn, en este primer capítulo, nos muestra que le cuesta encontrar una conexión humana, es como si se le escapara entre los dedos. Un par de escenas reflejan su apertura, su anhelo de sentir alivio.

Reconoce y da a entender que necesita que la tomen de la mano para reafirmarse, desea que alguien le respire de cerca y le diga la verdad, que alguien se sincere. Busca certezas constantes en un mundo donde lo difuso es la regla.

En Jocelyn vemos a una mujer perdida, sin los límites de su propia propuesta social y de vida, un ser humano ahogado de dolor, de silencio y de conversaciones solitarias aunque todo el tiempo le esté hablando a otras personas.

Y es aquí cuando el uso y el abuso se vuelven una constante. Son muchas las escenas en las que se ondean las banderas rojas, un peligro tras otro se pasean alrededor de ella con personajes repulsivos como Tedros -interpretado por el reconocido Abel Tesfaye, “The Weeknd”– quien percibe esa vulnerabilidad para construir su plan y aprovechar los vacíos en la vida de Jocelyn.

"The Idol" - Imagen HBO.

Sam Levinson, padre de «The Idol» y de la recordada serie «Euphoria», logra poner un sello distintivo en esas producciones en las que nos lleva hacia un ahogo, a un desenfreno todo el tiempo.

✅ Escucha ahora el capítulo de Muñeca Rusa: «Euphoria»

Y aunque «Euphoria» no es menos alborotada que «The Idol», esta serie nos hace vivir en un mundo tóxico que Jocelyn paga minuto a minuto para convertirse en un ícono prefabricado y en un objeto de mercado.

La muerte de su madre en este capítulo es tan solo una conversación de inflexión, pero que pasa desapercibida en medio de un remolino de sucesos, entre su foto personal de contenido sexual, sus explosiones, el lanzamiento musical, la fiesta y el descontrol.

La serie logra adentrarse en la psique de Jocelyn de una manera profunda e impactante. A medida que vemos la trama avanzar nos damos cuenta de sus luchas internas y de la fragilidad de su identidad.

La fama y el éxito no han llenado el vacío emocional que siente, está atrapada y es incapaz de escapar de la presión constante de ser un ícono, de verse como un objeto de consumo.

Sin duda, un primer capítulo sórdido, doloroso y tóxico que está lejos del sueño que cualquiera pudiera tener frente a la fama o el éxito.

«The Idol»: Playlist oficial en Spotify

No hay comentarios aún

Deja un comentario

Tu correo electrónico no será publicado.