“El grito de las mariposas” nos presenta el drama histórico basado en hechos reales en los que retratan la vida de Minerva Mirabal -interpretada por Sandy Hernández-, una reconocida activista que enfrentó al régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo (Luis Alberto García) en República Dominicana y quien se convirtió en símbolo de la lucha contra la violencia de género a nivel mundial.
La serie que se estrenó recientemente en Star+, nos lleva de la mano a recordar la vida y, posteriormente, trágica muerte de la activista quien fue asesinada junto a dos de sus tres hermanas en manos de la tiranía trujillista el 25 de noviembre de 1960.
En un movimiento de resistencia ella y sus hermanas recibieron el apodo de “las Mariposas”, inmortalizando de esta manera su incansable lucha y oposición al régimen.
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Han pasado 62 años desde la muerte de las hermanas Mirabal, es por esto que desde 1999, en conmemoración de su activismo, la ONU declaró los 25 de noviembre como el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”.
Esta tipificación fue definida en la Asamblea General de las Naciones Unidas como: «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada».
En “El grito de las mariposas” visibilizan una problemática de relevancia y busca iniciar conversaciones en búsqueda de sociedades más igualitarias, respetuosas e inclusivas.
En este marco, Juan Pablo Buscarini, creador y showrunner de la serie, y Ricardo Rodríguez, coguionista, compartieron con el público sus impresiones acerca de la selección de la historia, el compromiso de la realización de la serie y el impacto que puede tener en las audiencias el abordaje de temáticas sociales a través de la ficción.
La historia de una mujer es la historia de un continente
El equipo creativo detrás de “El grito de las mariposas” encontró en la historia de vida de Minerva Mirabal, la historia de todo un continente.
En la selección de este relato y en la exploración desde la ficción del lugar que ocupaba la mujer durante el régimen de Trujillo, los realizadores identificaron un vehículo narrativo potente para contar la historia de la violencia de género en toda Latinoamérica, atravesada por patrones culturales y acontecimientos políticos similares.
Visibilizada como nunca antes a través de la proclamación de la ONU, Minerva se convirtió en un símbolo y una figura de referencia.
“A partir de esa visibilidad del caso de las hermanas Mirabal, las mujeres latinoamericanas comprometidas con la cuestión de género empiezan a encontrar un ícono, un referente, alguien cercano que pertenece al mismo continente, que hablaba su mismo idioma, que padeció los mismos problemas… porque las dictaduras, las tiranías y el destrato* de la mujer son característicos de toda Latinoamérica”.
Juan Pablo Buscarini, creador y showrunner de la serie
Desde su naciente inconformidad con el régimen hasta su consolidación como líder de un movimiento de resistencia a la dictadura de Trujillo, Minerva transitó un camino de violencia, injusticia, y reivindicación, marcado por sus profundas convicciones y admirable valentía.
Más de sesenta años después de su trágica muerte, las causas por las que luchó permanecen vigentes y muy presentes en la conversación social, convirtiendo a “El grito de las mariposas” en una serie que invita a la reflexión como un poderoso generador de cambio.
* Destrato: uso extendido en Uruguay y Argentina que indica una «actitud irrespetuosa y desconsiderada de una persona hacia otra».
Una historia basada en hechos reales
Al inspirarse en hechos reales para contar la historia de las Mariposas, los realizadores de la serie se sumergieron en una profunda investigación de los acontecimientos transcurridos en República Dominicana durante la dictadura de Trujillo y en la vida de Minerva Mirabal.
“La prioridad es el absoluto respeto histórico por los personajes y los hechos. Eso es básico para que la representación sea valiosa, genuina”, señaló Buscarini.
Además agregó: “Sin embargo, al tratarse de una serie que debe mantener el interés de una audiencia actual, también es importante jugar perspicazmente con los hechos. Es decir, manejarse dentro de la primera consideración, que es el respeto histórico y la verosimilitud, pero a su vez transitar una línea de relato y de personajes que se cruza, que tenga ritmo, con las intrigas necesarias para que el resultado sea inteligente y cautive a las audiencias de hoy”.
Así el equipo desarrolló a lo largo de 13 episodios un relato verídico que entretiene, impacta y conmueve a los espectadores.
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El papel de Arantxa, narrando una tiranía desde adentro
En “El grito de las mariposas” se destaca el personaje de Arantxa Oyamburu interpretado por la español Susana Abaitua.
La historia sigue la amistad entre Minerva y Arantxa, quienes se conocieron durante la infancia en la finca de los Mirabal cuando Arantxa se mudó junto a su padre a República Dominicana, desde su España natal.
En la adultez, la joven española se instala en la capital, donde su vida toma un camino opuesto al de su amiga.
Allí conoce a ‘Petan’ Trujillo, jefe de la radio dominicana y del club nocturno del régimen, y luego a su hermano, el presidente del país, quienes le facilitan el ingreso al mundo del espectáculo.
A diferencia de Minerva —quien se opone fervientemente a Trujillo y padece su persecución junto a su familia, pero sin entrar en el juego del dictador— la creación del personaje de Arantxa fue la herramienta narrativa de la que se valieron los realizadores para adentrarse de lleno en la intimidad de la violencia de género del régimen y acercarse a la perversidad de Trujillo.
“Esta serie habla sobre la violencia contra la mujer en un país donde se ejerció una violencia terrorífica en todos los niveles. Arantxa nos permite mostrar esa violencia en un ambiente cotidiano, lejos del entorno revolucionario o de pelea política”, explicó Ricardo Rodríguez, coguionista de la serie.
Recorriendo la historia dominicana, el equipo detrás de la serie se interesó especialmente por la inmigración española a la isla, expulsada de su país de origen por la Guerra Civil y por Francisco Franco.
“Si bien es un personaje de ficción, la figura de Arantxa es la conjunción de patrones y en ella vive una suma de personajes reales que existieron y que encontramos en los libros”, contó Buscarini.
El grito que hace eco
“El grito de las mariposas” alza la voz con un mensaje vigente y urgente que, según Buscarini, responde a tres condiciones esenciales: la honestidad y potencia narrativa de la serie, su alcance global y un momento social apto para recibir la historia y hacerse eco de ella.
“Que la sociedad se haga eco de nuestra historia es una ilusión desde el comienzo del proyecto”, confesó el showrunner.
Además aseguró: “Afortunadamente, en las últimas décadas la atención sobre la problemática de la violencia de género está primera en la agenda de interés en los sistemas educativos y en los debates políticos. Las condiciones están dadas para que la sociedad puede reaccionar y cambiar su mirada sobre el tema”.
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